
Un último rush de adrenalina: el más reciente reporte sobre el deceso de Roy Halladay

Foto por Nick Turchiaro-USA TODAY Sports.
La reciente revelación de la National Transportation Safety Board (NTSB) sobre la muerte del pitcher del Salón de la Fama, Roy Halladay, tras un accidente de avión mientras hacía acrobacias en el aire, es una loca, o al menos nueva, historia.
En primera instancia nuestra reacción fue como probablemente la de todos los demás. ¿Qué demonios está mal con este tipo!
Después de una segunda pensada, esta no es la primera vez que vemos a una estrella deportiva dominar los reflectores para después caer en desgracia.
A veces no es tan fácil apagar el motor, o al menos apagar la ansiedad que alimenta los grandes logros. Desde los conocidos hábitos de apuestas de Michael Jordan hasta el uso de esteroides de Roger Clemens (ambos casos no confirmados), muchos atletas que han alcanzado increíbles logros, de alguna manera caen, a pesar del dinero y la fama que sus logros les deberían de proveer.
Halladay era 8 veces MLB All Star, ganó dos premios Cy Young, e incluso lanzó un juego perfecto durante la primera vez que fue pitcher en playoffs. Su régimen de entrenamiento era legendario, y era reconocido por ser tan orientado a los detalles que contaba sus pasos e incluso sus respiraciones entre una y otra pitchada.
Pero sin una salida sana, la energía utilizada para grandes logros puede rápidamente enfocarse en sustitutos destructivos. Las leyendas deportivas siguen siendo humanas, a pesar de los pedestales en los que las ponemos. Como lo dijo la esposa de Halladay, Brandy, a ESPN: “(Este reporte) refuerza lo que declaré previamente, nadie es perfecto”.